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La amarga Pasión de Cristo

«Al igual que la mayoría de los cristianos de su tiempo, Ana Catalina no había leído la Biblia jamás, pero estaba convencida de que lo que veía estaba en la Biblia. Ella no daba a sus visiones el mismo valor que a la enseñanza de la Iglesia, y desde niña contemplaba sus visiones como quien ojea un libro de estampas; una vez que Ana Catalina se quejó de sus visiones, su ángel la reprendió: “Tú no sabes a quiénes llegarán ni el bien que harán estas visiones”. Las visiones de la beata Ana Catalina no son el credo ni los evangelios, pero robustecen nuestra fe, estimulan nuestro amor y fortalecen nuestra esperanza.
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Las visiones de este libro son revelaciones privadas que nadie está obligado a creer. No son dogma de fe y no añaden nada al depósito de la fe que custodia la Iglesia. Pero son una conmovedora ayuda para acercarnos a contemplar la Pasión de Cristo, esclarecen poderosamente nuestras responsabilidades y contradicciones».

Del prólogo, Cardenal Antonio Cañizares Llovera

Sobre el autor

Ana Catalina EmmerickAna Catalina Emmerick (1774-1824) fue una religiosa cuyas visiones asombraron a una época. Humilde granjera, después costurera y sirvienta, ingresó a los 28 años en el convento agustino de Agnetemberg, en Dülmen, un pueblo de Westfalia. No tardaron en aparecer en su cuerpo cinco llagas iguales a las de Jesucristo, lo que dio lugar a una dura investigación. Llegó a ser encarcelada y sometida a vigilancia día y noche con el objeto de averiguar el origen de esas heridas, que no pudo determinarse. Juan Pablo II la beatificó en 2004.
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