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Benedicto XVI reza por la beatificación de Juan Pablo II

El papa Benedicto XVI rezó este miércoles por la beatificación a su predecesor Juan Pablo II, la víspera del cuarto aniversario de su muerte ocurrida el 2 de abril del 2005.

“Oremos todos juntos por el don de su beatificación” pidió el Papa dirigiéndose en polaco a los miles de peregrinos que asistían a la audiencia general de los miércoles en la plaza de San Pedro en el Vaticano.

El Papa animó a los peregrinos provenientes de Polonia, país de nacimiento de Karol Wojtyla, que viajan a Roma para celebrar el aniversario del primer pontífice polaco de la historia, considerado como un santo.

“Ha llegado un buen número de compatriotas”, dijo Benedicto XVI.

Desde el día de las exequias de Karol Wojtyla, seis días después de su fallecimiento, aparecieron banderolas entre la muchedumbre de fieles con la inscripción en la que se pedía que fuera declarado “santo subito” (santo ahora mismo).

La figura del “Papa viajero” es venerada en los numerosos países que visitó y su tumba, en la basílica de San Pedro, suele ser visitada por miles de personas.

El 13 de mayo de 2005, dos años después de su deceso, el papa Benedicto XVI autorizó el inicio del proceso de beatificación, sin esperar el plazo reglamentario de cinco años.

Pese a ello el proceso avanza lentamente debido a la abultada documentación.

El arzobispo de Cracovia y ex secretario privado de Juan Pablo II, el cardenal Stanislaw Dziwisz, espera que el proceso concluya en los próximos meses.

Para monseñor Angelo Amato, nuevo prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, no es posible establecer una fecha exacta para la beatificación.

La documentación fue entregada a la Congregación en noviembre del 2008 y está siendo examinada por un comité de expertos teólogos, tal como establecen las normas del Vaticano.

“No se puede anunciar un plazo preciso, inclusive el presunto milagro debe ser sometido a un riguroso proceso, que incluye la opinión de dos peritos médicos, del Colegio de medicina, de varios teólogos y una sesión de cardenales y obispos”, explicó Amato a la emisora Radio Vaticano.

El reconocimiento de un milagro (en general una curación inexplicada) es necesario para que el procedimiento se complete y tenga éxito.

El testimonio de una religiosa francesa convencida de haber sido milagrosamente curada de la enfermedad de Parkinson gracias a la ayuda de Juan Pablo II, unas semanas después de su muerte, es objeto de análisis.

“Una vez que se complete el proceso, que debe ser particularmente estricto por respeto por la figura grandiosa del Siervo de Dios Juan Pablo, se puede comenzar a planear la eventual fecha para la beatificación”, precisó Amato.

 

CIUDAD DEL VATICANO, (AFP) – 1 abril 2009