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“La nueva tolerancia no soporta la objeción de conciencia”, dice monseñor Jean Laffitte.

lafitte.jpgSe verifica la paradoja de que actual la sociedad “ideológicamente tolerante” no está dispuesta a soportar la objeción de conciencia, alerta el vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida (PAV).

Al intervenir en la presentación a la prensa, el martes, del Congreso Internacional de la PAV, monseñor Jean Laffitte advirtió de los riesgos de “un nuevo concepto de tolerancia” procedente de la modernidad.

La cuestión, que él mismo abordará en profundidad en el Congreso, tiene fuertes implicaciones respecto al tema del encuentro: “La conciencia cristiana en apoyo del derecho a la vida”.

Consecuencias éticas

El referido nuevo concepto de tolerancia –explicó monseñor Laffitte-, por la modernidad, ha dejado de ser una expresión de la clásica virtud de la prudencia y por lo tanto de ser una virtud práctica, erigiéndose una tolerancia ideológica en rango de virtud teórica.

Una “pretensión” de “esencia política” de la que se derivan “innumerables consecuencias en el orden de la ética”, como más adelante mostró.

En cualquier caso, observó que a nivel social poco a poco se ha creado una “sociedad ideológicamente tolerante” en la que, “en el sentido contemporáneo del término”, paradójicamente “no está dispuesta a soportar, no puede tolerar la objeción de conciencia, dado que ésta de alguna manera escapa a su control”.

Se trata de la sociedad que “no tolera que haya una verdad que hay que buscar; que tal verdad pueda tener un carácter universal, que sean necesarios los debates de fondo”, añadió.

Opiniones relativas

Es una sociedad “tolerante” que se queda al nivel “del intercambio de opiniones relativas” y se sitúa siempre “por encima de los debates” reivindicando “el derecho a juzgar a las partes presentes”; “su postura la sitúa siempre prácticamente del lado de las posiciones más teóricamente tolerantes, ciertamente las menos molestas para el equilibrio consensual que pretende mantener”, describió.

La clave es que “de este modo impone un pensamiento único que puede generar un totalitarismo ideológico y social”, denunció monseñor Laffitte.

Aludió a lo que ocurre en las “cuestiones ligadas a la protección de la vida humana”, como es el paradigmático caso del aborto: “La ideología que lo ha presentado como un derecho personal de la mujer embarazada, ha privado a la sociedad -lamentó- de reflexionar serenamente sobre la cuestión fundamental el estatuto del embrión, por temor a que se ponga en cuestión esta elección legislativa”.

ZENIT