El papa Urbano IV instituyó la festividad en 1264 y en España dejó de ser fiesta en 1989.

El CORPUS CHRISTI es una fiesta de la Iglesia Católica destinada a ensalzar la Eucaristía, tal y como la instituyó Jesús en la Ultima Cena, al convertir el pan y el vino en su cuerpo y en su sangre. Se pretende proclamar y aumentar la fe en la presencia de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, dándole pública adoración el jueves posterior a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez tiene lugar el domingo siguiente a Pentecostés, es decir, el CORPUS CHRISTI se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección, que coincide con el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte.

Para adaptarse al calendario laboral, la fiesta ha sido trasladada al domingo siguiente y este año de 2017, ha sido el domingo 18 de junio.

Tras la Santa Misa de doce de la mañana, acompañados por nuestro Coro, y con el templo lleno de fieles, se inició la procesión, bajo un sol de justicia, con 35º a la sombra, con el siguiente itinerario:

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Parroquia – Camino Valladolid – Rufino Torres – Pl. del Caño – Carlos Picabea – Pl. Epifanio Velasco – Vicente Pérez Gala – Profesor Alonso Parra – Camino Valladolid – Pl. Antonio Romero – Pl. Epifanio Velasco – Parroquia.

Con Bendición de los fieles en los tres altares levantados al efecto a lo largo del recorrido.

La procesión, encabezada por la Santa Cruz y los Ciriales, seguía con el estandarte del Sagrado Corazón de Jesús, del que pendían sendas cintas blancas que sujetaban los catorce niños de Primera Comunión (De los más de 200 que la han tomado este año), seguía el Santísimo bajo Palio y detrás, el pueblo fiel.

Hay que resaltar la poquísima gente que acompañó al Señor, dicen que “por el calor”, que alcanzaba a poco más de 150 personas, lo que no deja de ser lamentable en el único día del año en que Jesús sale a la calle para ser adorado públicamente, lo acompañaban menos personas de las que asisten a cualquier misa.

En estos tiempos de persecución a la Iglesia en muchos países y de muchas maneras, si los que nos consideramos católicos no damos testimonio de ello, ni en las solemnidades que se nos ofrecen, poco podemos esperar de un futuro que se presenta a todas luces muy oscuro para la fe.

Tenemos que agradecer al Ayuntamiento, Policía Local, Protección Civil y a cuantos voluntarios han hecho posible la celebración de estos actos.