Anécdotas y virtudes. Junto a cada sonrisa una reflexión:Confianza
En la plaza mayor de un pueblo entre dos altos edificios un equilibrista tendió un cable para pasar de uno a otro. Antes de empezar dijo a la gente que llenaba la plaza: Voy a pasar sobre el cable de uno a otro lado. Pero necesito que creáis en mi, necesito el contagio de vuestra confianza.
Creemos que puedes –exclamaron muchos-.
Ayudándose por una vara de equilibrio cruzó de un lado a otro. Todos aplaudían y el les dijo: Pues ahora necesito más aun vuestra confianza. Voy a hacerlo a cuerpo sin la ayuda de la vara.
Paso a paso llegó al edificio del lado opuesto.
Cuando los aplausos cesaron dijo de nuevo: Ahora mucho más difícil. Voy a cruzar llevando una carretilla sobre el cable.
Imposible –exclamaron todos.
Necesito al menos uno que crea que soy capaz, que se fíe y me infunda confianza.
Y oyó la voz de un espectador que aseguraba: –Yo me fío de ti. Creo que eres capaz.
Pues si de verdad crees que soy capaz –sentenció el equilibrista– vente conmigo y súbete a la carretilla.
Aplicación: Fe es fiarse. Fe en Dios es fiarse de Dios. Pero, ¿hasta donde me fío?