El Vaticano minimiza la filtración de documentos sobre la Misa en latín
Un portavoz del Vaticano restó importancia a la reciente filtración de documentos vaticanos que parecen poner en duda la justificación del Papa Francisco para restringir la Misa en latín, calificándolos de “parciales e incompletos”.
Los documentos parecen demostrar que los obispos tenían una visión más favorable de la Misa tradicional en latín de lo que sugirió el Papa Francisco cuando emitió las controvertidas restricciones a su celebración en 2021.
La periodista vaticana Diane Montagna publicó dos extractos de un informe interno del Vaticano sobre la consulta global a los obispos en un boletín de Substack, el 1 de julio. La publicación de los textos ha reavivado la controversia sobre la decisión de Francisco de restringir la celebración de la Misa tradicional en latín, en un momento en que algunos tradicionalistas litúrgicos expresan su esperanza de que el Papa León XIV revoque o modere la acción de su predecesor.
Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, declaró el 3 de julio que la información filtrada “presumiblemente se refiere a parte de uno de los documentos en los que se basa la decisión [de restringir la Misa en latín]”.
En respuesta a una pregunta de CNA —agencia en inglés de EWTN News— durante una conferencia de prensa sobre otro tema, Bruni calificó los informes publicados como “una reconstrucción muy parcial e incompleta del proceso de toma de decisiones”. Al mismo tiempo, se negó a confirmar la autenticidad de los documentos.
El portavoz añadió que también se tomaron en cuenta “otra documentación, otros informes, así como el resultado de consultas posteriores” con respecto a las restricciones a la Misa en latín.
Un funcionario del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el departamento responsable de la aplicación de Traditionis Custodes, el decreto del Papa Francisco de julio de 2021 que restringe la Misa en latín, declaró a CNA el 3 de julio que el dicasterio “no tiene nada más que añadir” a la respuesta de Bruni.
Los textos filtrados, que resumen los resultados de la consulta y citas seleccionadas de obispos, han sido aclamados por los críticos de Traditionis Custodes como evidencia de que el Papa Francisco incurrió en errores al exponer sus razones para imponer restricciones estrictas a la celebración de la Misa en latín.
El decreto de Francisco revocó los permisos otorgados por el Papa Benedicto XVI en su decreto Summorum Pontificum de 2007.
“La afirmación de que la mayoría de los obispos de todo el mundo deseaban restricciones a la Misa antigua [Misa tradicional en latín] siempre fue dudosa, pero este documento demuestra a todos que es completamente falsa”, escribió Joseph Shaw, presidente de la Latin Mass Federation Una Voce International, en un boletín informativo el 2 de julio.
Shaw afirmó que los documentos filtrados muestran que “solo se estaban tomando en cuenta las opiniones de la minoría de obispos que realmente detestaban la Misa tradicional en latín. Se ignoró la opinión mayoritaria”.
Traditionis Custodes impuso restricciones significativas a la celebración de la Misa según los misales anteriores a las reformas litúrgicas del Concilio Vaticano II. En el decreto, el Papa Francisco afirmó haber tomado en consideración “los deseos expresados por el episcopado” y “la opinión de la Congregación para la Doctrina de la Fe”.
En una carta adjunta al decreto, el Papa Francisco explicó que en 2020 solicitó al actual Dicasterio para la Doctrina de la Fe que realizara una encuesta a obispos de todo el mundo sobre los resultados de la implementación de las normas de 2007 sobre la celebración de la Misa tradicional en latín.
“Las respuestas recibidas revelaron una situación que me apena y preocupa, confirmando la necesidad de intervenir”, escribió Francisco en la carta. Añadió que la intención de sus predecesores, de fomentar la unidad entre católicos con diversas sensibilidades litúrgicas, “ha sido a menudo gravemente ignorada” y que esta oportunidad se ha “ha sido aprovechada para aumentar las distancias, endurecer las diferencias y construir oposiciones que hieren a la Iglesia y dificultan su progreso, exponiéndola al riesgo de la división”.
Según uno de los documentos filtrados, una “evaluación general” de cinco páginas que, según Montagna, formaba parte de un informe nunca publicado de más de 200 páginas sobre los resultados del cuestionario de 2020, concluyó que “la mayoría de los obispos que respondieron… y que han implementado con generosidad e inteligencia el motu proprio Summorum Pontificum, finalmente expresan su satisfacción”, pero que “algunos obispos afirman que el motu proprio Summorum Pontificum ha fracasado en su objetivo de promover la reconciliación y, por lo tanto, solicitan su supresión”.
La evaluación filtrada indicaba que algunos obispos manifestaron que preferirían volver a las normas anteriores a 2007 para la Misa tradicional en latín, cuando su celebración requería el permiso del obispo local, “para tener un mayor control y gestión de la situación”.
“Sin embargo”, continuaba el texto, “la mayoría de los obispos que respondieron al cuestionario afirman que realizar cambios legislativos al motu proprio Summorum Pontificum causaría más perjuicios que beneficios”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.