50 Retazos sacerdotales: Juan Fernández Ruiz (Ordenado en 1983)
A continuación os ofrecemos el testimonio vocacional de Juan Fernández Ruiz, rector del Seminario Redemtoris Mater Nª. Sª. De la Almudena. “El Señor me ha colmado de su gracia” es el título de su testimonio, que se da a continuación y que está incluido en la página 59 del libro “Alzaré la copa de la salvación”. En este libro 50 sacerdotes de nuestra diócesis nos cuentan su vocación. Se encuentra a vuestra disposición en la Delegación de pastoral vocacional.
Testimonio
En octubre de 1949 ingresé en el seminario de Córdoba con 12 años recién cumplidos, ya que nací el 23 de agosto de 1937. En este seminario realicé 5 años de Humanidades, 3 años de Filosofía y uno de Teología. Durante todo este periodo fui muy feliz en el Seminario, regentado en aquel tiempo por los PP. Jesuitas. La espiritualidad ignaciana fue para mí un apoyo sólido en mi formación, sobre todo con la práctica de los ejercicios espirituales. En septiembre de 1957 hice el mes completo de ejercicios. Me enviaron a ampliar estudios a la Universidad Pontifica de Salamanca, y allí sufrí una crisis de crecimiento personal, de vocación, de soledad, etc. que me llevó a abandonar el seminario. Ante la prueba, que hubiera sido para fortalecer mi vocación, he de confesar que fui infiel al Señor.
Hice la carrera de Magisterio y la ejercí también con mucha alegría. Pero notaba que espiritualmente algo me faltaba. Por entonces conocí el Camino Neocatecumenal. Fue un encuentro con el Señor muy profundo y existencial. Enseguida comencé a catequizar y el hecho de anunciar el Kerygma y dar testimonio de mi fe me llevó a redescubrir mi vocación.
Existencialmente experimenté el amor de Dios y su misericordia que me perdonaba, me acogía, me amaba.
Ingresé en el Seminario Conciliar de Madrid y el 1 de mayo de 1983 fui ordenado sacerdote. Después de unos años de Vicario Parroquial en algunas parroquias, el Sr. Cardenal D. Ángel Suquía me llamó para ser rector del incipiente Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater. En 1994 el Sr. Cardenal D. Antonio Mª Rouco Varela me confirmó en el cargo. Quiero agradecer la cercanía que siempre me ha mostrado, su aliento y su ayuda.
En todo este tiempo el Señor me ha colmado de su gracia, he recibido del Señor a través del seminario muchísimo más de lo que yo haya podido colaborar con Él en la formación de nuevos presbíteros.
En el contacto con los seminaristas ellos me han transmitido su deseo de entrega entusiasta al Señor. Yo por mi parte he intentado transmitirles desde mi experiencia personal lo absolutamente imprescindible que es estar unido al Señor, por medio de la oración y los sacramentos, para que su ministerio sea según el corazón de Dios. Mi vida, en medio de infidelidades al Señor, ha sido una vida llena de gozo y de gracia de Dios. Doy gracia a Dios por haberme llamado, por cada uno de los destinos y por tantos años al servicio del discernimiento vocacional de los aspirantes al sacerdocio. El anuncio del Evangelio ha sido para mi fundamental porque han sido tantos los beneficios que he recibido del Señor que “Ay de mí si no evangelizare”. Esto he intentado transmitir a los futuros sacerdotes, aunque torpemente por mi parte, pero muy ayudado por la gracia de Dios.
En este momento tengo 75 años y he comenzado el curso 24 en el seminario. No tengo palabras para dar gracias a Dios por haberse fijado en mí para esta tarea.