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50 Retazos Sacerdotales: Rufino García Antón (Ordenado en 1980)

Captura de pantalla 2013-11-08 a la(s) 11.33.28A continuación os ofrecemos el testimonio vocacional de Rufino García Antón, Párroco de San Eulogio. “Agradecido a Dios por haber puesto en mi camino a tantas buenas personas” es el título de su testimonio, que se da a continuación y que está  incluido en la página 49 del libro “Alzaré la copa de la salvación”. En este libro 50 sacerdotes de nuestra diócesis nos cuentan su vocación. Se encuentra a vuestra disposición en la Delegación de pastoral vocacional.

Testimonio

La respuesta creyente a esta pregunta es que soy sacerdote por la gracia de Dios. Recuerdo que esta era también la respuesta del catecismo que yo aprendí de pequeño a la pregunta de por qué soy cristiano: “Soy cristiano por la gracia de Dios”.

Pues bien: esa respuesta que parece una fórmula más o menos tópica, creo que lleva consigo una experiencia creyente más honda de lo que a simple vista pudiera aparentar, y sirve para responder a la pregunta formulada. En el origen de la vocación cristiana y de la vocación al ministerio presbiteral está la llamada de Dios y, lógicamente, la respuesta positiva a esa llamada.

¿Cómo se produjo en mí esa llamada y cómo he ido respondiendo a ella? Nací en el seno de una familia cristiana y era monaguillo en mi pueblo de Doñinos de Salamanca. Mi  hermano mayor estaba en el seminario; y cuando me preguntaban qué quería ser de mayor, yo respondía que “cura, como mi hermano”. Luego resulta que el cura he sido yo y mi hermano está felizmente casado. Estudié en los PP. Reparadores, hice con ellos los votos religiosos y me vine a vivir con un grupo de jóvenes reparadores a Vallecas en Septiembre de 1975. Continué mis estudios de Teología en el Seminario de Madrid, me incorporé a la Parroquia de San Eulogio y en cuarto de Teología me incorporé al proceso formativo de la diócesis de Madrid. Fui ordenado presbítero el 28 de Junio por Alberto Iniesta, obispo auxiliar de Madrid por aquel entonces, en la misma Parroquia de San Eulogio.

Y aquí sigo. Feliz y contento por ser un humilde instrumento al servicio de la Buena Noticia de Jesús en esta entrañable y querida parcela vallecana de la Vicaría IV y del Arciprestazgo de San Pedro Ad-Víncula. Agradecido a Dios por haber puesto en mi camino a tantas buenas personas (familia, religiosos reparadores, formadores y profesores, creyentes de la parroquia y de otras parroquias del Arciprestazgo y de la Vicaría, personas no creyentes comprometidas en el barrio, miembros de Cáritas y de otras instancias eclesiales, compañeros sacerdotes, tantos amigos….) que me han ayudado y me siguen ayudando a crecer en la fe y a animar la vida comunitaria, con los ojos fijos en Jesús, sirviendo a su causa, que es la Buena Noticia del Reino de Dios anunciado a todos y de una forma especial a los pobres y a los que sufren, celebrada y vivida comunitaria y eclesialmente.

Y concluyo este sencillo testimonio dando las gracias también a la Delegación de Pastoral Vocacional que me lo ha pedido y animando a vivir esta llamada al servicio a la comunidad eclesial y al Evangelio desde el presbiterado.