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Al encuentro de María en Lourdes

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEl miércoles 1 de mayo de 2013, a las 6.30 horas abordamos el autocar 40 fieles y D. Enrique y vamos a recoger a 9 peregrinos de El Pardo. Una vez completado el grupo, con David nuestro magnifico conductor, ya conocido de otros viajes, iniciamos la tradicional peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes.

Paramos en Lerma, bonito enclave burgalés, donde nos ofrecieron una completa visita guiada, que ilustró con curiosos detalles la historia de la ciudad.

A continuación salimos en dirección a Santo Domingo de Silos, donde almorzamos y por la tarde visitamos el Monasterio y celebramos la Eucaristía.

Salimos hacia Burgos, donde pudimos disfrutar de una hermosa tarde, cenamos y nos alojamos cómodamente en el Hotel Almirante Bonifaz.

A la mañana siguiente, día 2 de mayo, tras una visita panorámica de la ciudad, con una excelente guía, pudimos apreciar los valores de la Catedral.

Tras la visita y algunas compras, partimos hacía los Pirineos para llegar a Lourdes a cenar y alojarnos en el Hotel Angelic & Miriam, situado en la calle del Calvario, muy cerca de la Basílica y que resultó del agrado de la mayoría de los peregrinos y donde la cocina estaba bastante bien. Con lluvia durante el viaje, también llovía por la noche.

El viernes 3 de mayo, tuvimos el Vía Crucis a las 8.30 horas y después la Santa Misa. Algunos compañeros se fueron a bañar.

Después del almuerzo (a las 12), visita guiada por la ciudad  tras la huella de Bernadette y a continuación a las 5 de la tarde Procesión Eucarística y Bendición de enfermos en la Basílica subterránea de San Pío X, con capacidad para 25.000 personas. Cena a las 7 de la tarde y a las 9 de la noche Procesión de las Velas y Santo Rosario. Todo el tiempo lloviendo.

El sábado día 4, celebramos a las 8.30 la Eucaristía y salimos para España. Comimos en Jaca y paramos en Zaragoza para hacer una visita a la Basílica del Pilar.

Partimos para la última etapa y tras la parada técnica en Medinaceli, seguimos hasta El Pardo y finalizamos en Torrelodones casi a las 11 de la noche.

Tras las despedidas, líos con las maletas y demás, quedamos hasta la próxima si Dios quiere, con la pena de que todo se ha pasado muy rápido y, como siempre, nos ha sabido a poco.

 

Un peregrino