El Papa celebró la Misa por la solemnidad de la Asunción de María en la parroquia de San Tommaso da Villanova, en Castel Gandolfo. La Iglesia se llenó y hubo gente siguiendo la ceremonia a través de las pantallas colocadas en la plaza. El Papa recordó la proclamación del dogma de la Asunción de María por parte de Pio XII, en 1950, y lo explicó con palabras pronunciadas por la Virgen

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Benedicto  XVI
“Es María misma la que pronuncia proféticamente algunas palabras que nos llevan en esta dirección: «desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada» (Lc 1,48). Es una profecía para toda la historia de la Iglesia.”

Benedicto XVI también explicó que esta fiesta de la Virgen es importante para la vida personal ya que une al hombre con Dios.

Benedicto XVI

“En la Asunción vemos que en Dios hay espacio para el hombre,  Dios mismo es esa casa con tantos apartamentos de la nos habla Jesús; Dios es la casa del hombre. Abriéndonos a Dios no perdemos nada. Al contrario: nuestra vida se vuelve más rica y grande.”

Ante la esperanza de un mundo mejor, el Papa dijo que no se puede saber cuándo vendrá pero mencionó las consecuencias que traería un mundo lejos de Dios.

Benedicto XVI

“Es seguro que un mundo que se aleja de Dios no será mejor, sino peor. Sólo la presencia de Dios puede garantizar un mundo bueno.”

Al terminar la Misa, Benedicto XVI saludó a los presentes en la plaza y volvió a su residencia para el rezo del ángelus.

Romereports 16.VIII.2012