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«¿Por qué es el universo como es? Porque está hecho para el hombre»: así lo contó el padre Carreira

Este lunes falleció en Salamanca a los 88 años de edad el padre Manuel Carreira Vérez, S.I., quien unía a su condición de filósofo y teólogo según los exigentes cánones de la formación jesuita, la de astrofísico y cosmólogo formado en Estados Unidos. Allí se doctoró en Física con una tesis sobre los rayos cósmicos dirigida por Clyde Cowan, co-descubridor del neutrino junto a Frederick Reines y moralmente Premio Nobel, pues Reines lo recibió en 1995 por ese descubrimiento, habiendo fallecido Cowan en 1974 y no entregándose los Nobel de manera póstuma. Esa excelente formación científica permitió al padre Carreira colaborar en proyectos de investigación de instituciones punteras en el ámbito de la astronomía, como la NASA y el Observatorio Vaticano, de cuya junta directiva fue miembro durante quince años. 

Además, en su condición de jesuita aprovechó sus conocimientos para una importante misión apologética: mostrar no solo la armonía entre la ciencia, la filosofía y la fe en cuanto vías distintas de conocimiento de una Verdad única, sino también el carácter preparatorio o preambular de algunas conclusiones de la física moderna respecto a la visión religiosa del universo. El padre Carreira fue un gran divulgador de esa perspectiva, que transmitía con la doble autoridad del sacerdote y del científico a través de numerosos libros: entre otros, En torno al darwinismoMetafísica de la materiaEl hombre en el cosmos y Ciencia y fe: ¿relaciones de complementariedad?

Precisamente en este último título, publicado por Voz de Papel en 2004, explicó con meridiana claridad el llamado “principio antrópico“, que surge precisamente en el ámbito de las disciplinas experimentales -es básicamente fisicoquímico, pero encuentra apoyo también en la geología y la biología- ante la abrumadora cantidad de datos que singularizan y definen el universo entero en función de la existencia exclusiva del ser humano sobre la Tierra.

A continuación, reproducimos amplios extractos de esa explicación. (Los ladillos son de ReL. Al final del artículo puede descargarse, por cortesía de la editorial Voz de Papel, el capítulo completo en PDF.)

El principio antrópico

El principio antrópico intenta encontrar respuesta a una pregunta que puede ser tal vez muy ambiciosa: ¿qué relación hay entre toda la enormidad del universo y nuestra existencia?

Es, curiosamente, desde el punto de vista de la física y de la astronomía desde donde se ha estado insistiendo —una y otra vez, desde hace más de cuarenta años— en que nuestra existencia tiene una relación tan íntima con las propiedades y la evolución del universo en su totalidad…

Somos el resultado de un conjunto enorme de pequeñas «casualidades» —podríamos llamarlas así— sin las cuales la vida inteligente no podría darse. Y entonces hay que preguntarse: ¿por qué tiene el universo esas propiedades? ¿Por qué es el universo tal que permite que existamos?

Unas magnitudes físicas muy precisas

¿Qué ocurriría si el universo tuviese una masa notablemente mayor que la que tiene? La masa del universo en términos físicos es de aproximadamente 1056 gramos. ¿Qué ocurriría si en lugar de esto fuesen 1057 ó 1055? Parece que poco importaría a nadie, excepto a los matemáticos. Pero cuando se calculan las consecuencias de ese cambio, se llega a una conclusión sorprendente: no podríamos existir.

Cuando estudiamos partículas elementales vemos que un protón, que es la unidad de carga positiva, tiene la misma carga que el electrón, la unidad de carga negativa, pero el protón es 1836 veces más pesado que el electrón. ¿Por qué? ¿Qué ocurriría si en lugar de 1836 fuese 2000 ó 1500? No estaríamos aquí.

En física se habla de cuatro fuerzas, y sólo cuatro. Toda la física tiene que explicarse como la actividad de cuatro fuerzas: la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. Si yo comparo la fuerza electromagnética con la fuerza gravitatoria, encuentro que la interacción entre dos electrones —que se repelen, pero que se atraen por fuerza gravitatoria— es aproximadamente 1040 veces más intensa en su efecto de repulsión que en la atracción. La fuerza electromagnética es increíblemente más potente que la fuerza gravitatoria. ¿Podría cambiarlo y que fuese 1041 ó 1039? No estaríamos aquí.

La fuerza nuclear fuerte comparada con la fuerza electromagnética es 137 veces más intensa. Otro número raro. ¿Por qué? ¿Qué ocurriría si fuese 150? No estaríamos aquí…

El Sol es una estrella un poquito mayor que la mayor parte de las estrellas: parece muy ordinaria. ¿Qué ocurriría si tuviese un 10% más masa? No estaríamos aquí. ¿Y si tuviese un 10% menos masa? Tampoco estaríamos aquí. ¿Y si el planeta Tierra estuviese a una distancia del Sol un 10% más cerca o más lejos? Tampoco estaríamos aquí. ¿Y si el planeta Tierra tuviese un 10% más masa o menos? Tampoco estaríamos aquí. ¿Y si no existiese la Luna? No estaríamos aquí…

Pincha aquí para descargar en PDF el artículo completo sobre “El principio antrópico”.

RenL Viernes, 07 de febrero de 2020

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