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Aula de Actualidad: La Persecución religiosa durante La Guerra Civil Española

2019, 11 de marzo. Presentado por D. Ignacio Molla, conocido colaborador del  AULA, hoy nos visita D. José Manuel de Ezpeleta, para ilustrarnos sobre el tema que da título a esta conferencia.  

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Comienza dando unas pautas generales de lo que fue la persecución religiosa, que empezó hace más de 2.000 años, ya que los cristianos siempre han sido perseguidos. En los siglos XVI y XVII, en España se incrementó el comportamiento anticlerical y en el XIX, el año 1834 se produjo la matanza de 73 frailes, acusados de envenenar el agua; en 1836, con la Desamortización se dio pie para desencadenar lo que sería la persecución moderna. Ya en el XX, (1909)  tuvo lugar la Semana Trágica de Barcelona, etc.

Hay que hacer notar que las víctimas de la Guerra Civil lo son por la guerra, pero lo son básicamente de la Persecución Religiosa.

El 14-4-1931 se proclama fraudulentamente la República y a las cuatro de la tarde Alcalá Zamora recibe en Gobernación el telegrama de un alcalde, que dice: “Celebradas elecciones… ¡Viva la República! ¿Qué hacemos con el cura?”, lo cual nos indica como estaban los ánimos.

En 1933 se prohíbe la religión en los colegios, en octubre del 34 durante la Revolución de Asturias ya empiezan a producirse los primeros mártires del s. XX (37 religiosos asesinados y 58 iglesias incendiadas, solo en Asturias).

En febrero del 36, triunfa el Frente Popular, que unifica a toda la izquierda, declarándose la revolución social contra el clero, los templos y todo cuanto tenía algo que ver con la Iglesia y la religión, y la masonería fomenta la Persecución Religiosa a partir del 18 de julio.

Estallada la guerra, el Arzobispo de Madrid D. Leopoldo Eijo y Garay tuvo que salir para no ser detenido y de camino a Galicia, para en Torrelodones, siendo párroco del Rvdo. D. Santiago Sáenz de Miera Martín, que le ayuda a ordenar al seminarista de 24 años Domingo Crespo en la madrugada del 17 de julio.

Cuenta gran cantidad de hechos, imposibles de incluir en esta breve nota, como la vida religiosa en las cárceles, con sus  Misas secas, la Iglesia Clandestina o de Las Catacumbas, la detención y fusilamiento de curas y religiosos y de cuantos les daban cobijo, cómo se vivió en domicilios particulares de manera intensa la religiosidad, así como en embajadas y legaciones diplomáticas las monjas se colocaban de sirvientas; la importancia de algunos de esos domicilios, como la llamada Catedral de Hermosilla, que llegó a cobijar a 140 monjes, la de Lagasca, 88 donde cinco sacerdotes con carné de la CNT actuaban dentro de un edificio del Socorro Rojo,  la creación del Socorro Blanco, compuesto básicamente por mujeres de ideología carlista y monjas, el  Socorro Azul, a cargo de Acción Católica y todos ellos coordinados por  Mons. D. José Mª. García Lahiguera, que se quedó en Madrid para atender a la Diócesis.

El total de sacerdotes, religiosos y monjas asesinados durante la guerra se acerca a los 10.000.

El ponente recomienda leer los siguientes libros:

“Historia de la persecución religiosa en España 1936-1939”, de Antonio Montero, BAC octubre 1961.

“Como un río de fuego. La persecución religiosa en Madrid en 1936”, de José Luis Alfaya, RIALP 2017.

A las diez de la noche, se le despidió con fuertes aplausos.