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Aula de Actualidad: “Cisneros y la Reforma de la Iglesia”

El lunes 5 de noviembre de 2018, contamos con la presencia del Rvdo. D.José Carlos Martín de la Hoz, Licenciado en Ciencias Geológicas, Doctor en Teología, investigador, Fundador de las Academias de Historia de Sevilla y Valencia. Autor de numerosas publicaciones, es Director de la Oficina de las Causas de los Santos del Opus Dei en España y es postulador de diversas causas, que nos habló de “CISNEROS y  la Reforma de la Iglesia”.

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Dice que hablar de Historia es una pasión y cuando se trata del s. XVI, es un gozo, ya que fue el tiempo más glorioso de la Historia de España.

El Cardenal Cisneros nació en Torrelaguna (Madrid) y tiene una de las biografías más ricas de la Historia de España. Fue quien realizó una reforma sustancial de las órdenes religiosas y el clero secular, adelantándose a la gran reforma que se originaría en el Concilio de Trento. Siempre mantuvo una vida personal de profunda religiosidad, con empeño por vivir las virtudes cristianas y alcanzar la santidad, de modo que, cuando la Reina Isabel le nombró su confesor, la única condición que Cisneros le puso era no vivir en la Corte, haciéndolo en un convento cercano.

En el Concilio de Constanza (1414-1418) se pusieron de manifiesto tres grandes causas que tenían que resolver:

1.- Causa unionis, pues había tres papas, que se solucionó con el Papa Martín V.

2.- Causa fidei, con las herejías de Winter y Huss, precursores de los protestantes, que dieron lugar a la Reforma de Lutero.

3.- Causa reformationis, que quedó sin resolver.

Tuvieron lugar varios concilios: Ferrara-Basilea-Florencia (1431-1439). hasta el Concilio de Trento (1545-1563) que es la etapa de la que estamos hablando.

Se plantearon tres propuestas de soluciones:

1ª.- Reformar la cultura y nivel intelectual del clero: enseñanza de latín y las Sagradas Escrituras, costumbres, pasando de una religión exterior a una religión interior, imponiendo las humanidades de Erasmo, Tomás Moro y Luis Vives.

2ª.- Reforma Luterana, con las 95 tesis de Lutero que clamaba por una reforma de la Iglesia y termina en una reforma de la fe, con atomización de sectas, libre interpretación de las escrituras, sin contar con la mediación de la Virgen y los Santos, con lo que solo queda el hombre y “su” propia Biblia.

La verdadera REFORMA empieza con los Reyes Católicos, que se empeñan en hacer de la unidad de la Iglesia y de la fe el eje de su reinado.

Comienzan con la reforma de los obispos, para lo que fue clave la figura de Fray Hernando de Talavera, confesor de la Reina, que pide quedarse en Granada y no seguirla a la Corte, inaugurando así el nuevo prototipo de lo que será un Obispo a partir de Trento.

Es entonces cuando Isabel la Católica busca al hombre más santo y sabio de las Españas, CISNEROS, y entre ellos surge una plena compenetración; la reina reforma los conventos femeninos y Cisneros los masculinos.

Hay que buscar obispos santos, sabios, piadosos, cultos, prudentes y entregados a su labor. Nacen los colegios que dan lugar a las universidades (en el s. XVI, llega a haber 500). Estos obispos reformados, con sus teólogos, son los que van al Concilio de Trento.

Cisneros viaja a Sevilla, donde hay una fuerte comunidad de franciscanos con 3.000 miembros, y les plantea que el que no esté dispuesto a vivir el celibato y plenamente el amor de Dios, que se vaya, lo que hacen 1.000, pero quedan 2.000. No hay que hacer excomuniones, hay que poner penas pecuniarias y con las multas financiar obras de beneficencia y ayuda a los pobres. La reforma de las órdenes religiosas las va volviendo a la fidelidad a la regla por la que se rigen y, como los curas diocesanos se confiesan con religiosos ya reformados, la cosa trasciende.

Es obra de Bartolomé de Carranza y Domingo De Soto, teólogos imperiales asistentes al Concilio de Trento, que se imponga el estudio en todos los seminarios de los mismos textos, el misal de San Pio V y es muy importante introducir la Liturgia de las Horas, con la que la vida de los sacerdotes y religiosos se va alimentando con la repetición de salmos y lecturas, de modo que ya tenemos sacerdotes bien formados que pueden atender y alimentar la vida del pueblo.

3ª.-Reformar la Teología. La escolástica del s. XIII ha producido divisiones entre Juan Scoto y la Vía Nominalista de Guillermo de Ockham y Gabriel Biel, pero al llegar a Salamanca Francisco de Vitoria y Domingo   de Soto, se ponen de acuerdo en el temario, tal y como habían aprendido en París.

Cuando Cisneros funda la Universidad de Alcalá, lo que hace es incentivar a Salamanca.

Todas estar reformas llevan a la explosión de la vida mística, con Santa Teresa, San Juan de la Cruz, San Francisco de Osuna, San Juan de Ávila y otros místicos importantes del s. XVI.

En América, a partir de 1570, se forma a los sacerdotes en las universidades de Méjico, Lima y otras ciudades, donde estudian las lenguas y culturas indígenas antes de ser enviados a las misiones y, así, los criollos que van naciendo allí se forman en dichas universidades en todas las disciplinas para la vida.

Sigue un interesante turno de intervenciones, comentarios y preguntas, tras el cual se despide al ponente con fuertes aplausos.