AULA DE ACTUALIDAD: La Sábana Santa y el Evangelio (II parte)
Lunes 9 de marzo de 2015 a las 20,30 horas. Don Fernando Herreros Salcedo, es Doctor Ingeniero de ICAI, Catedrático y ha ocupado cargos directivos en empresas de la construcción, es Conferenciante y Formador de Directivos, así como Congregante Mariano y experto en el estudio de la Sábana Santa, entre otros.
Así con en la I parte se centró en el estudio de la Sábana Santa como “Objeto” desde un punto de vista histórico y científico, esta II parte se basa en el contenido humano y espiritual del Cuerpo envuelto por la Síndone. Ver vídeo pinchando: AQUÍ
Se trata de un hombre completamente destrozado que sudó sangre (hematidrosis) lo que facilitó la transmisión de su marca al lienzo, maltratado por más de tres horas que duró su agonía.
El rostro aparece sereno, el cabello apelmazado por sangre y salivazos, una ceja inflamada, un pómulo hinchado, barba arrancada, nariz inflamada y cartílago roto, labios tumefactos, dos monedas sobre los ojos, partículas de tierra en la nariz, derrame de sangre en la frente.
Numerosos golpes por parejas, producidos por azotes dados con flagrum, más de 720 impactos, producidos por más de 120 azotes dados desde los dos costados.
El tormento produjo pleuritis y pericarditis; sólo respetaron la cabeza, la columna vertebral y la zona del corazón.
– Propone el ponente: ¿Me pondría yo en el lugar de Cristo? …….
Le ponen un casquete de espinos que le producen 62 puntos sangrantes en la cabeza. El hombro derecho presenta una rozadura producida por el travesaño horizontal de la cruz, el patibulum.
Crucificado con clavos, clavado por las muñecas y con el pie izquierdo sobre el derecho.
Abatido y agotado, cuelga de los brazos. Muere por agotamiento y asfixia; perdió 2,5 litros de sangre y murió… por AMOR.
¿Por qué y para qué esta Pasión y esta Muerte? Para cumplir la voluntad del Padre, demostrarnos su amor, hacernos ver lo que es el amor y la gravedad del pecado, dar sentido al dolor, servirnos de ejemplo y abrirnos el camino.
Tras la brillante exposición de estos hechos y la magnifica catequesis que aprovechó el ponente para impartir, la audiencia sobrecogida prorrumpió en una fuerte ovación, dando por finalizado el acto.