El arquitecto mexicano Bosco Gutiérrez, secuestrado en 1990 y que permaneció cautivo durante 257 días, nueve meses, explica como creció su fe en esta traumática experiencia dando testimonio en el programa “No es bueno que Dios esté solo”, que emite Intereconomía TV y entrevistado por Gonzalo Altozano. Ver vídeo pinchando: AQUÍ

Bosco Gutiérrez asegura que “no tuve tiempo para dejar de rezar, no encontré otra actividad que me pudiera ayudar más. No rezar un minuto era perder el tiempo… El ser humano está diseñado para hacer oración… El hombre que no reflexiona se vacía”. Bosco escuchó desde su zulo una campana lejana y oró con toda convicción: “Señor me constituyo en el guardián de ese Sagrario más cercano”. En otro momento imploró: “Señor, déjame salir para comulgar con la ilusión de la primera comunión”.