¿Por qué soy sacerdote? (VI): ‘Me fío de Dios’

¿Por qué soy sacerdote? Creo que es el “resultado” de una “búsqueda” y una “respuesta” que constituye el “sentido” de mi vida.
Es curioso como en estos años esta pregunta me la han hecho, igual que a todos los curas, muchas veces. Al principio escribía folios y folios… no sé si para aclararme a mí mismo, poner orden y discernimiento en las ideas… para parecer más convincente… Con el paso del tiempo, me resulta curioso y me aporta una gran paz interior, una respuesta más sencilla y que no necesita de mucho papel para escribirse: sencillamente, me fío de Dios. Me fío de su Palabra, de su promesa que da sentido a mi vida. Veo como con el paso del tiempo Él siempre permanece fiel a pesar de las dificultades, miedos, infidelidades, limitaciones… Incluso cuando me siento triste o estéril veo como hace fecunda mi vida y la de aquellos con los que la comparto. Es fuente de alegría al recordarme que vamos juntos por el camino y que me sostiene, que soy instrumento y mensajero de Su Vida y Alegría para todos los hombres y mujeres, sin prejuicio ni excepción. Me hace plenamente feliz su seguimiento, para estar con Él y con aquellos a los que Él me invita a compartir la fe y la vida.