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Operación Enlace 2010

Este año, las parroquias Asunción de Ntra. Sra. y San Ignacio de Loyola de Torrelodones y Ntra. Sra. del Rosario de Hoyo de Manzanares, junto con el Colegio P. Virgen de la Encina y los Colegios S. Ignacio y Peñalar, nos unimos, dentro de la operación enlace de “Manos Unidas”, a la ayuda de emergencia a la reconstrucción de Haití.

Manos Unidas ha desplegado toda su maquinaria de solidaridad. Al corriente de cuanto sucedía en Haití a las pocas horas de desatarse el caos y la “improvisación”, se recogía en palabras de varios colaboradores el testimonio de aquel “desastre indescriptible” y agradecían “la respuesta inmediata y generosa de los españoles” a la causa haitiana. El jueves 27 de enero Manos Unidas había enviado ya 1.166.133 euros en ayuda de emergencia a Haití. Los fondos se han repartido en 16 acciones destinadas principalmente a adquirir agua y alimentos y, en menor medida, ropas y medicinas.

La ayuda se ha canalizado a través de 15 socios locales con los que Manos Unidas ya había colaborado en otras ocasiones, incluso en la situación de emergencia de finales del verano de 2008, que se produjo cuando los huracanes Hanna, Gustav e Ike asolaron parte de la isla. Las zonas donde se han enviado las ayudas son, fundamentalmente, áreas rurales del departamento del Oeste (en el que se sitúa la capital Puerto Príncipe) y de los departamentos del Sur y Sudeste, que también fueron muy afectados. Dos de los proyectos se ubican en la periferia de Puerto Príncipe, y otra en el departamento Centro. De las 15 contrapartes a través de las cuales se ha canalizado la ayuda, nueve son instituciones de Iglesia (congregaciones masculinas y femeninas, parroquias, cáritas.), y seis son laicas, de las que cuatro han sido creadas directamente por instituciones de la Iglesia.

En sólo una parroquia hacen seguimiento a más de 300 niños que duermen al raso y deambulan por la ciudad. Antes del terremoto, más de 30.000 niños vivían abandonados a su suerte. Sabemos que algunos haitianos se avergüenzan de esta realidad de su país, pero en este momento la infancia tiene que ser una prioridad.

Hay que RECONSTRUIR

Tras una buena distribución de la ayuda humanitaria, urge curar la herida abierta en tantos niños a los que se les ha robado su mejor ilusión: sus clases, sus amigos, sus casas, la adquisición de habilidades que los capaciten para ser personas válidas a la hora de transformar su país. Hay que RECONSTRUIR para sembrar a más largo alcance.

Es la transformación a la que tienen derecho los pequeños que sobreviven. Sin embargo, “pasados los primeros impactos tras la tragedia, y finalizadas las labores de emergencia”, Manos Unidas advierte que “comenzará una fase de reconstrucción, que probablemente no será tan mediática”, pero “en la que, como en otras ocasiones, estaremos presentes”. Treinta años lleva esta organización realizando proyectos de desarrollo y fraternidad.

La Parroquia Ntra. Señora del Rosario contribuyó en la “operación enlace de 2006” a la construcción de un dispensario médico en Gros Marín para atender a 40.000 personas. Entre todos hemos de evitar que Haití siga siendo ese país en el que “tu propina es un salario”. Lo que ha sucedido no es un desastre natural, sino el exponente de nuestros intencionados olvidos esenciales.