Blog

Eutanasia: Error o… crimen

En los últimos tiempos han aparecido propuestas, en algunos medios de opinión, para incluir la eutanasia y el suicidio médicamente asistido como parte de los cuidados paliativos. Contra ese planteamiento ha tomado postura la International Association For Hospice & Palliative Care, la principal organización del sector, en una razonada y convincente declaración.

Como punto introductorio aclara algunas nociones básicas sobre la atención paliativa, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Cuidados paliativos es un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes que enfrentan los problemas asociados con una enfermedad mortal y la de su familia, a través de la prevención y el alivio del sufrimiento por medio de la identificación temprana y una impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales”.

Lo que si queda claro es que la eutanasia es que “Matar, incluso invocando la compasión, no es en ningún caso cuidar. Urge salvaguardar la vocación de la medicina”

Y es bueno recordar aquí la historia de un muchacho de 15 años que acaba de morir en Bélgica: había solicitado la eutanasia como vía de escape a una enfermedad incurable y un médico procedió a quitarle la vida (aceprensa sept 2916). La ley belga permite, desde 2014, que se aplique el suicidio asistido a menores, siempre que padezcan un gran sufrimiento físico y su pronóstico de vida restante sea de muy corto tiempo.

Y se comentaba -y no sólo para el caso de los menores- que mal, pero que muy mal, parecen estar aplicando la realidad, harto comprobada de la mejoría de la calidad de vida del paciente terminal cuando se le sigue una apropiada estrategia médica; cuando se ve arropado por el trato afectivo de quienes le rodean y aliviado por una eficaz terapia de aminoración del dolor. Por desgracia, esta vez se ha elegido la salida más expedita del “problema”, una solución que no entraña sacrificio alguno… salvo para el enfermo, que lo matan.

Cuando las leyes llegan a ese extremo, es señal de que está en crisis toda una sociedad; e invita a un examen de conciencia en la cultura occidental…

Estamos ante algo más que “no matar” niños. Viene bien recordar que la primera orden directa de practicar la eutanasia vino del dictador alemán Hitler, en 1939, cuando los primeros 273,000 niños con enfermedades genéticas, ancianos, enfermos y retrasados mentales fueron “caritativamente” asesinados: ya la población alemana había sido preparada con argumentos que recuerdan los que ahora utilizan los defensores de poder matar enfermos. Utilizaron técnicas similares a las de las campañas actuales para introducir antivalores en la sociedad. Una de ellas es propagar imagen de una amplia demanda social, sobre datos inventados o incomprobables. Y sobre todo, los valores que fortalecen la sociedad no se comprueban por mayoría de votos: si se hubieran sometido a votación las matanzas de esclavos por leones en el circo romano, la mayoría a favor no las hubiera hecho aceptables éticamente. Otra técnica es “la manipulación del lenguaje”, como cuando se habla del derecho a disponer de la propia vida, de la ayuda a morir con dignidad, etc., frases que intentan ocultar el carácter homicida de la eutanasia.

 Hablando claro: entre la eutanasia y el crimen no hay fronteras.

Siglo 21, sábado 7 julio 2018