“Hace 50 años arrancó en Ecuador esta gracia y este carisma”. Con estas palabras, el arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui, destacó el aniversario de la comunidad de Schoenstatt en el país, que se recordó ayer con la celebración de una misa solemne.

Miles de feligreses e integrantes del movimiento participaron de la eucaristía; durante la misa, la hermana de la congregación, María Cecilia Montalván, entregó una patena -platillo donde se coloca la hostia consagrada- a Arregui.

En el acto católico también participó el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.

El arzobispo destacó los “sacrificios” que hicieron los primeros misioneros que llegaron al país en 1960, trayendo la labor del sacerdote alemán José Kentenich (1885-1968), fundador de Schoenstatt.

En 1914, cuando Kentenich formó el primer grupo en Alemania, reunió a “jóvenes que colaboraban con una intensa vida de oración y siendo excelentes amigos, estudiantes e hijos”, comentó el sacerdote argentino Ángel Estrada, quien trabaja en la causa para su canonización y estuvo en misa.

El próximo año está previsto que el proceso sea enviado al Vaticano para su análisis.

El carisma de este movimiento está orientado a fortalecer las familias a través de la oración, comprensión y reflexión.

Existen comunidades en Uruguay, Chile, Brasil y Argentina; en Ecuador están en Guayaquil, Quito y Manta.

“Estamos celebrando los 50 años de caminar de la mano de María, para transformar un Ecuador santo”, dijo Mireya Estrella de Pólit, miembro de la rama de Señoras.

Arregui destacó la importancia del grupo y afirmó que “muchos son 50 años, pero son apenas un comienzo. Nos toca mirar adelante con la certeza de que Dios es la realidad más real”, sostuvo.

Fundación
El sacerdote alemán José Kentenich (1885-1968) creó una capilla en Schoenstatt (Alemania) y la consagró a la Virgen de esa región. Actualmente se promueve su beatificación y canonización, que irá a Roma en el 2011.

En Ecuador
En 1960, el sacerdote español Juan Fernández reunió a jóvenes en Guayaquil para compartir con ellos el carisma de Schoenstatt. Luego se unieron señoras y esposos.

El Universo. 31 de mayo de 2010