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Aula de Actualidad. “Navidad, tiempo en la Iglesia”

Nuestro Vicario parroquial,  D. Daniel Sevillano Pascua, nos planteó como tema de “actualidad” el hablar del tiempo de Navidad que vamos a vivir próximamente.

Junto al sentido popular de la fiesta, hay un contenido litúrgico que descubrir: con la encarnación y el nacimiento de Jesús, El Eterno ha entrado en el devenir de lo temporal para santificar y llevar a plenitud el tiempo.

En la liturgia se ha distribuido el tiempo de forma organizada; el Año Litúrgico tiene su punto de partida en Adviento, aunque es la Pascua la que regula todas las fechas importantes.

La Navidad no solo es un recuerdo histórico, litúrgicamente se celebra “una actualización” del misterio del nacimiento de Jesús, que permite cada vez un encuentro personal con Cristo vivo, del que somos tan contemporáneos como los apóstoles y cuantos vivían con Él.

Toda la liturgia de Navidad, Epifanía y Bautismo de Jesús hace una constante “actualización” de los hechos celebrados y los hace presentes, de modo que Jesús mismo, que se hace presente en todo tiempo, nos salve por sus misterios. La liturgia expresa cómo la acción temporal pasa, pero la fuerza del Misterio no pasa, el HOY de Dios, no pasa nunca.

La primera noticia que se tiene de cuándo se empezó a celebrar la Navidad con el sentido actual es en un cronógrafo del año 354, que señala el 25 de diciembre para su celebración.

¿Por qué este día? Diferentes hipótesis que pueden confluir:

– La creencia antigua de que la muerte fue el día de la Encarnación, el 25 de marzo, y sumados nueve meses, se llega al 25 de diciembre.

– En la tradición judía, la Dedicación del Templo se celebraba el 25 de diciembre; Jesús es ahora el verdadero templo en cuyo cuerpo Dios recibe culto.

– Los paganos celebraban el 25 de diciembre el nacimiento del sol invencible, una fiesta instaurada en el año 234 por Aureliano. Para contrarrestar esta fiesta se empezó a celebrar la Navidad ese día; Jesús es el verdadero sol que nace de lo alto. Frente a las ideas arrianas, San Gregorio Magno marcó también ese día.

Desde el siglo VI, el Papa celebraba este día tres misas, la de media noche (del Gallo), la de la Aurora y la del día a la hora tercia (11 de la mañana); en cada una de ellas las lecturas y las oraciones son diferentes.

San Francisco de Asís, gran devoto de la Navidad, fue quien organizó el primer pesebre, tal y como ahora lo conocemos. La tradición del buey y la mula tiene resonancia en el profeta Isaías, y al señalar el nacimiento en un pesebre, bien podía estar ocupado por animales.

Desarrolló ampliamente el tema, que por falta de espacio no cabe en este resumen, y tras un turno de preguntas, deseó feliz Navidad a todos y fue despedido con fuertes aplausos.