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Cardenal Osoro: Podemos ser santos viviendo en la vida diaria la vida del Señor

Cardenal Osoro: Podemos ser santos viviendo en la vida diaria la vida del Señor

El cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid, presidió este miércoles 14 de noviembre, en el Real Oratorio, el acto de apertura de la causa de canonización del Caballero de Gracia.

Lo hizo acompañado por monseñor Juan Antonio Martínez Camino, SJ, obispo auxiliar de Madrid; Alberto Andrés, canciller de la Curia; Alberto Fernández, delegado para la Causa de los Santos; José Carlos Martín de la Hoz, promotor de Justicia; Juliana Congosto, postuladora de la causa; madre María del Mar Gómez, OMI, notaria; y Mauricio Álvarez Bohorques, presidente de la Asociación Eucarística.

Entre los asistentes al acto, que llenaban completamente el Oratorio, destacó la presencia de algunos vicarios episcopales, el vicario del Opus Dei, el presidente de la Federación Mundial de Asociaciones Eucarísticas, representantes de otras entidades civiles y religiosas, miembros de la Asociación Eucarística del Caballero de Gracia, y amigos y conocidos que participan en las diversas actividades formativas que organiza el Real Oratorio.

En sus palabras de introducción al acto, Mauricio Álvarez comentó que la Asociación Eucarística del Caballero de Gracia, parte actora del proceso, piensa que, como escribe el Papa en la exhortación Gaudete et exultate, el Caballero de Gracia «puede ser una de esas personas que han recorrido el camino de la santidad y han alcanzado la heroicidad en el ejercicio de las virtudes cristianas en las diversas facetas de su vida profesional, que, en lo esencial, es siempre actual».

Después del canto del Veni Creator, la postuladora dio lectura a la petición por la que se solicita la introducción de la causa, y recordó que el Caballero de Gracia «durante muchos años sirvió a la Iglesia como diplomático en misiones importantes en diversos países de Europa, junto a Juan Bautista Castagna, que llegaría a ser el Papa Urbano VII. En nuestro país trabajó como colaborador eficaz del Nuncio de 1565 a 1572, y renunció a honores y distinciones, tanto civiles como eclesiásticas, que le ofrecían en agradecimiento a sus servicios. Por su intensa vida de oración, de penitencia y obras de caridad murió con fama de santidad. A su muerte le rindieron homenaje todas las instituciones religiosas de la ciudad. El proceso lo comenzó en su momento san Simón de Rojas, su sucesor, pero por causas desconocidas se perdió la documentación».

A continuación, el canciller secretario dio lectura al rescripto de la Congregación para la Causa de los Santos en el que se manifiesta que «nada obsta» para la introducción de la causa. Y, tras el juramento de los miembros del tribunal que ha de instruir el proceso diocesano, se firmó el acta.

El cardenal Carlos Osoro dirigió unas palabras finales, en las que recordó que promover la santidad en la vida de la Iglesia es de las cosas más buenas que podemos hacer. Para el prelado, la santidad es de las cuestiones más necesarias, porque cura al mundo. Por eso, apuntó, es necesario que nos contagiemos de la santidad, para poder curar como curaba el Señor a los enfermos. Pero insistió en que no se trata de curar con cualquier medicina, sino con la medicina de la vida del Señor. Aseguró que el Señor nos quiere santos; nos da muchas alegrías, aunque a veces también alguna cruz, para que nos unamos más a Él. Y afirmó que podemos ser santos viviendo en la vida diaria la vida del Señor, como espera que se pueda mostrar en la vida del Caballero de Gracia, en el proceso que ahora empieza. Pasar haciendo el bien, mostrando la vida del Señor en nuestra propia vida, concluyó.

El acto concluyó con el canto del himno del Caballero de Gracia, escrito por la profesora de Filología de la Universidad Complutense, Esther Borrego, y música de Francisco Barba.

Infomadrid