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Año Jubilar en Santo Toribio de Liébana 2017

Parroquia Asunción de Nuestra Señora, de Torrelodones (Madrid). Peregrinación por el Año Jubilar en Santo Toribio de Liébana. Del 12 al 15 de octubre de 2017. Ver vídeo pinchando: AQUÍ

El jueves 12 de octubre, tras celebrar la Santa Misa a las siete y media de la mañana en la Parroquia, cuarenta y cinco peregrinos, pastoreados por D. Miguel Antonio, iniciamos nuestra peregrinación en el Año Santo Lebaniego.

Arrancamos a las ocho y diez en un buen autocar, con las filas de asientos demasiado juntas, como ya viene siendo habitual, conducido por Raquel, joven choferesa que lo hizo muy bien.

A la una y veinte llegamos al Hotel Piñamar, en Santander, donde, tras instalarnos, almorzamos.

Por la tarde, aprovechando que era tiempo libre, recorrimos la ciudad por diferentes itinerarios y repartidos en varios grupos, visitando: Catedral, Ayuntamiento, Centro Botín, Jardines de Pereda, playas del Sardinero, etc, disfrutando de un tiempo magnifico que nos acompañó todos los días en este veraniego otoño que estamos viviendo.

Al día siguiente, viernes, a la hora del desayuno, nos enteramos de que dos compañeros se tienen que volver a casa por motivos de salud, lo que lamentamos y deseándoles pronta recuperación.

El motivo de la peregrinación es ganar el jubileo, así que muy pronto llegamos al monasterio de Santo Toribio de Liébana, donde asistimos a las doce a la Misa del Peregrino, concelebrada por 15 sacerdotes y adoramos la Reliquia del Lignum Crucis. Es Año Santo Lebaniego cuando el día 16 de abril cae en domingo.

El actual monasterio es del año 1256, gótico monástico cisterciense, habitado desde el principio por monjes benedictinos hasta la desamortización de Mendizábal, en 1838, que acaba con su vida monástica y queda abandonado. En 1960, tras una profunda restauración, se hace cargo de él una comunidad de PP. Franciscanos, que hasta hoy lo regenta.

El Lignum Crucis se corresponde al brazo izquierdo de la Santa Cruz. En la actualidad está serrado y puesto en modo de Cruz, quedando entero el agujero sagrado donde clavaron la mano de Cristo y está incrustada en un relicario de plata dorada realizado en un taller vallisoletano en 1.679. Mide 63,5 cm. el palo vertical y 39,3 cm. el travesaño, con 3,8 cm. de grosor y es la reliquia más grande conocida de la Cruz de Cristo.

CONDICIONES PARA OBTENER LA GRACIA JUBILAR:

1.- Rezar: El Padrenuestro, el Credo y una oración por el Papa.

2.- Confesar y comulgar el día de la peregrinación o 15 días antes o después de hacerla.

Almorzamos en Ojedo, localidad a menos de 2 Km de Potes y nos fuimos a San Vicente de la Barquera.

San Vicente es prehistórica y se la identifica con la antigua Evencia romana.

Visitamos la Iglesia de Santa María de los Ángeles, gótica del s. XIII y el Santuario de La Barquera, junto a la entrada del puerto, con la Virgen de La Barquera, patrona del municipio, que apareció en una pequeña embarcación sin tripulantes, ni velas, ni remeros.

Pudimos contemplar el pequeño castillo de San Vicente, de 1210, y el Puente de la Maza, obra de ingeniería medieval (s. XV), con 32 arcos.

El sábado 14 también lo aprovechamos bien. A las diez de la mañana se celebró la Misa en el Santuario de Nuestra Señora la Bien Aparecida, gótico, del s. XVII, Patrona de Cantabria.

Cuenta con retablo churrigueresco y está regentada por PP. Trinitarios desde al año 1908.

La imagen de 21,6 cm, sin incluir el pedestal, es de madera policromada, de estilo hispano-flamenco, y apareció en una ventana de la ermita de San Marcos, situada en el alto de Marrón, en Ampuero, donde hoy se alza el Santuario. (La ventana se conserva en el interior de la iglesia).

A continuación, seguimos hasta Limpias, a su iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, o Santuario del Cristo de la Agonía, del s. XVII, gótico tardía y renacentista. En 1664 se añadió la portada barroca.

En el retablo mayor, de estilo rococó, de 1777, se encuentra la imagen del Cristo de la Agonía, talla de madera policromada de tamaño natural, datada en el s. XVIII, de origen desconocido; muestra a Jesús en los momentos finales de su Agonía, cuyo rostro tiene una expresión, no solo de dolor, sino de oración y contemplación al Padre. Le acompañan la Virgen Madre Dolorosa y San Juan, el Evangelista.

Comimos en Castro Urdiales, situado a 19 metros sobre el nivel del mar, es conocida como Flaviobrica, por el asentamiento romano allí existente, enterrado a unos dos metros por debajo de la actual población. Aquí se apreció actividad humana desde el primer milenio a. de C.

Su conjunto monumental, conocido como Pueblo Viejo, es medieval, a orillas del mar.

Recorrimos sus callejas de balconadas de madera y visitamos la Iglesia de Santa María de la Asunción, la mejor obra gótica de Cantabria, del s. XIII, con proporciones catedralicias, con girola. Contemplamos el Castillo-faro y el puente medieval.

Para rematar la jornada, nos fuimos a por anchoas a Santoña, villa marinera, casi rodeada por el mar Cantábrico, con las Marismas de Santoña, de 6.678 hectáreas, declaradas Reserva Natural, de gran valor ecológico. Pasamos por delante del Penal del Dueso.

El domingo 15 volvimos a madrugar, celebramos la Eucaristía a las 9,30 de la mañana en el templo inferior, llamado cripta, que es la Parroquia del Santísimo Cristo, del año 1.200, es tardo románica. El resto de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, lo forma la iglesia alta, gótica del s. XIII, ya que está compuesta por dos iglesias superpuestas.

Antes de comer paseamos en barco por la bahía, con viento Sur, que agitaba levemente el mar y disfrutamos de las magníficas vistas que nos ofrecía el Palacio de La Magdalena, el moderno Centro Botín, los jardines de Pereda, las playas del Sardinero, y mucho más, rodeamos la isla de Mouro y, sobre todo, nos pusimos morenos.

A las tres y media iniciamos el viaje de vuelta y a las nueve y media estábamos en Torrelodones.

Veníamos satisfechos con el objeto de la peregrinación conseguido, gracias a Dios, de haber pedido por cuantos no nos pudieron acompañar y como siempre deseosos de volver a disfrutar de tan buenos compañeros de viaje.

                                         Un peregrino