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Al Encuentro de María en Lourdes

lourdes-en-vivoComo viene siendo tradicional, la parroquia ha organizado una peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, que este año, aprovechando los festivos de la Comunidad de Madrid, ha sido de 4 días, del sábado 29 de abril, al martes 2 de mayo.  N.R.Ver ‘Lourdes en directo’ pinchando: AQUÍ

Cincuenta y cinco peregrinos, con nuestro Vicario Parroquial al frente, tras la celebración de la Santa Misa a las seis y media, iniciamos el viaje a las siete y cuarto, en un flamante autobús recién estrenado, con butacas confortables pero con filas demasiado juntas, lo que hizo bastante incómodos los desplazamientos, sobre todo a los más altos. Lo conducía Juan, que ya nos ha llevado en otras ocasiones.

No dejó de llover hasta pasar el Puerto de Somosierra, paramos a las diez menos cuarto pasado Lerma y al poco rato partimos, de un tirón hasta San Sebastián. Almorzamos a la una y media en el paseo marítimo, frente a la playa, que algunos visitaron brevemente. A las tres y diez, iniciamos la última etapa del día y sobre las seis menos cuarto estábamos en el Hotel Paradis **** debidamente alojados y donde cenamos a las siete y media.

Como hacía muy buena noche, tomamos el primer contacto con la Gruta y la Procesión de las Velas.

El domingo desayunamos rápidamente, porque teníamos reservada misa en la Gruta a las ocho y media. Fue celebrada por D. Enrique, acompañado de otros dos sacerdotes. Casualmente, junto a nuestro grupo asistía otro de Fuenlabrada que conocía a la familia del celebrante, lo que contribuyó a dar mayor intimidad a la celebración eucarística, a la que asistimos con gran devoción.

A las diez de la mañana empezamos el Vía Crucis, rezando y cantando con recogimiento las estaciones, en una mañana soleada, con rachas de viento.

Almorzamos a la una y a las cinco de la tarde; con fuerte lluvia y bastante frío, asistimos en la Basílica de San Pío X, a la Bendición de enfermos.

Tras cenar a las siete y media, a las nueve de la noche, lloviendo copiosamente, tuvo lugar la Procesión de las Velas, que debido a la inclemencia del tiempo y de manera excepcional se realizó en la Basílica subterránea de San Pío X, completamente llena de fieles.

El uno de mayo amaneció soleado. Celebramos la Misa a las ocho en la Capilla Cruz Gloriosa (frente al inicio del Vía Crucis) y al terminar, con Marión, guía local, visitamos el Santuario de Nuestra Señora de Garaison, importante lugar de peregrinación desde el siglo XVI, que nos gustó mucho a todos.

En 1515 la Virgen María se apareció tres veces a la pastorcilla Anglese de Sagazan con los siguientes mensajes:

Aquí, yo derramaré mis dones”, “Quiero que se construya una capilla” y “No te olvides de dar gracias a Dios por sus bendiciones”.

La iglesia fue construida en 1540 y, durante la Segunda Guerra Mundial, fue centro de internamiento de los ciudadanos alemanes que vivían en Francia.

Se considera a Garaison un anticipo de Lourdes y su devoción fue trasmitida oralmente en sus primeros tiempos, hasta que un siglo después se empezó a dejar constancia escrita de las curaciones que allí se producían.

Como en Lourdes, también hay allí una fuente, pero esta ya existía antes de las apariciones y actualmente sigue manando agua sanadora (de ahí el nombre de Garaison)

Volvimos a Lourdes para el almuerzo y, después, algunos peregrinos fuimos a conocer el pueblo de Saint-Pé-de-Bigorre, que prometía ser interesante, pero que encontramos con todo cerrado, por lo que solo pudimos pasear por sus calles, plaza porticada y sacar algunas fotos de la Iglesia abacial, del siglo XI, por fuera. Este pueblo fue muy castigado en la Primera Guerra Mundial.

Volvimos para la cena y, como hacía muy buena noche, repetimos la Procesión de las Velas, esta vez por el recorrido exterior habitual.

El martes día 2, con misa madrugadora a las ocho de la mañana en la misma capilla de la Cruz Gloriosa, lloviendo y con frío, volvimos al hotel a cargar equipajes y sobre las mueve y media partimos hacia España, acompañados por la lluvia hasta el túnel de Somport. Al cruzar los Pirineos nos encontramos el cielo nublado, pero no volvió a llover.

Antes de salir tuvimos un desagradable incidente, a una de las peregrinas le había desaparecido el bolso con documentación, móvil, etc… pero afortunadamente al poco de iniciar el camino llamaron del hotel para decir que había aparecido, con gran alegría de todos. Como coincidió que con otro grupo estaba en Lourdes David, conductor que nos ha llevado en varios viajes y que se volvía a Madrid, quedó encargado de traer el bolso.

A las dos y media almorzamos en Zaragoza, en el ya conocido self service “La Paloma” y tras visitar la Basílica del Pilar, nos pusimos en marcha nuevamente a las cuatro y cuarto.

Por obras, sufrimos un fuerte atasco a la altura de Calatayud, paramos en Medinaceli y a las nueve y media llegamos a Torrelodones.

Retiramos equipajes y agua (en garrafas), con el habitual revuelo que siempre montamos, nos despedimos de los compañeros de viaje, que este año contó con caras nuevas y deseándonos feliz llegada a casa, confiando en volver a coincidir en otras ocasiones, si Dios quiere.

Un peregrino.